ANDANZAS DE UNA SUECA DESUBICADA

Soy rubia natural y alta, quizá demasiado por lo que me dicen algunos hombres, pero no me importa, el complejo si lo hubiera seria de ellos. 

No tengo un pelo de tonta por muy rubio que sea y carácter me sobra, lo que me trae problemas de forma ocasional cuando me topo con las abundantes inseguridades masculinas. 

Tengo una mezcla de orígenes bastante singular; sueco por parte de padre e italiano por parte de la mía  mamma, por lo que parece un cóctel explosivo para hombres, mujeres perros y gatos. Está mal que yo lo diga, pero qué le voy a hacer si la naturaleza ha sido tan generosa conmigo.  Quizá por eso habito en una burbuja donde nadie me puede decir nada queme incomode y me mantengo a salvo y feliz. 

Viajo mucho por mi trabajo y eso me permite conocer muchas personas diferentes, aunque a menudo superficialmente y de manera frívola pero me gusta. Eso me lleva a ser bastante promiscua y me encanta. 

Antón mi amigo amigo, sin derecho a roce (aparte de sus abrazos de oso), siempre me está diciendo que la vida que llevo me puede traer problemas, pero yo no lo he hago mucho caso me gusta mi vida y no tengo intención de cambiarla. “Un día esa burbuja en la que vives se va a oscurecer y no vas a poder ver ni por dónde caminas” me dice a veces, pero lo hace porque me quiere y se preocupa. 

Ahora tengo que darme prisa tengo una cita muy excitante que se ha hecho de rogar, no entiendo muy bien la razón, pero por fin vamos a encontrarnos en uno de los hoteles que más me gustan en pleno centro de la ciudad. He escogido precisamente ese sitio porque la verdad, el hombre me gusta, pero a veces su mirada es tan intensa que me resulta un poco inquietante, aunque reconozco que eso me da más morbo aún si cabe. 

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Ya casi llego, pero siento una especie de mareo que me hace trastabillar. la imagen de Antón viene a mi cabeza. 

Unas nubes negras inmensas cubren el cielo de pronto, pero estoy a pocos metros del hotel. Hago un esfuerzo sobrehumano por no caerme, no puedo, el suelo se levanta a la altura de mi cara, me adentro en una especie de remolino... 
allí estaba la oscuridad que mi amigo predijo.

Comencé a dar vueltas acercándome cada vez más a la negra burbuja que reventó al llegar yo...

UNA FUERZA ESPIRAL Y UNIFORME

Matt Talbert Artwork _✿_Open ArtGroup_____✿

 Siento un poco de alivio, pero no quiero ni pasar por la calle Copérnico, sólo su cercanía me revuelve en una espiral de angustia que me hace salir corriendo sin sentido aunque siempre termine en el mismo lugar.

Todo podría cambiar si me encuentro con Espe , ella siempre tiene la sonrisa en la boca y su optimismo sempiterno, a pesar de que su trabajo no le ayude mucho, sólo verla me levanta la moral.

La primera vez que la vi ya me di cuenta de que era diferente, no sólo por su nacionalidad, lo cual era todo un alivio la verdad. Era la alegría en persona, no podías estar triste cerca de ella, su espontaneidad y positividad eran contagiosas y no podía evitar que una sonrisa, aunque a veces no fuera mas que un principio de mueca, apareciera de pronto en mi cara.

Angela Morgan__✿__-Open ArtGroup__✿_

Ella me cuidó a mi también, siendo algo parecido a una amiga, contándome chismes que nunca me habían interesado pero que ahora me entretenían.

Era una fuerza de la naturaleza, aunque a veces entrara en una espiral de malos humores que nunca llegué a comprender.

Me salvó la vida, pero no pudo hacerlo con quien yo más quería.

Podría haber sido diferente si ella hubiera intervenido antes, mucho antes. Quizá me hubiera apartado de tan espantosa melancolía. Esos años de enfermedad, de chicas que van y vienen, que te dejan en la estacada sin previo aviso, esa impotencia total que se une a un amor tan grande que te niegas a dejar marchar aunque sabes que nada de lo que tú hagas podrá salvarla.

Por supuesto ella también voló, como las demás. Aquí no hay amistades que valgan. El dinero manda.

Ahora siento un poco de alivio pero no quiero ni pasar por la calle Copérnico...

UN ROSARIO EN EL PARQUE

A veces, cuando no se tienen muchas fuerzas, hay que utilizar un impulso, cualquier cosa medio buena que nos pase, para hacer las cosas que siempre has hecho y que ahora cuestan tanto. Como yo ahora que aprovecho para escribir después de mucho tiempo.

Ya no me río, como cuando era más joven, de los rezos o cualquiera que sea la creencia de cada uno. Si consuela, si sirve para apaciguar el ánimo, me basta.

Admito que en más de una ocasión, en esas largas noches de insomnio, lo he practicado... aunque en mi caso sin mucho resultado.

En mi casa la música ya no suena como antes. Mi piano... está dejado de la mano de Dios, olvidado, relegado a otro plano, perdido, sin sentido desde que no se oye la voz de mi padre pedirme por enésima vez   -Anda, toca un poquito que yo te oiga.

Sé que hay que seguir, que no queda otra, pero según en qué circunstancias el camino se hace aún más duro y ya no queda sino la búsqueda incesante de consuelo, lo que no es nada, pero nada fácil.

En esa búsqueda de alivio, siempre me da por caminar, caminar sin rumbo fijo, aunque siempre termino en algún parque donde siempre hay risas de niños, perritos paseando a sus dueños... etc

En una de estas, me senté en un banco cerca de una señora que estaba sola. No sé cómo empezamos a conversar, lo cual en Bilbao no es nada habitual por muy abierta que yo sea. La cuestión es que hablamos un poquito por encima de nuestras congojas y la verdad es que aquella dulce dama, con pocas àlabras apaciguó mi espíritu, sobre todo cuando, bien guardado en su bolso, en una bolsita de terciopelo, me enseñó su pequeño gran secreto.

COMER COMERRRR

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Está claro que a todos nos gusta comer, incluso a las grandes "estrellas del firmamento", que suelen tener bastantes problemas para guardar la dieta, y a los que no, perdonadme pero me parecen unos bichillos bastante raros. 
En los círculos que me muevo, es un tema tan importante que a veces no se habla de otra cosa y la conversación no es precisamente aburrida. Podemos estar hablando horas sobre tal o cual plato ,cómo lo cocina cada cual, sus "truquis" o en que restaurante comimos esto o aquello, ¿Te acuerdas?... y tan contentos.

En Euskadi tenemos fama de comer y dar de comer espléndidamente, y es que es verdad, sin más. Los Txocos en Vizcaya, las sociedades en Guipuzcoa, las famosas sidrerías con su menú clásico de tortilla de bacalao, chuletón con guarnición y postre de queso con membrillo normalmente, aunque puede haber alguna variación según el sitio. De cualquier manera hay que tener un "saque" importante para comer todo eso y sentados en una mesa corrida.

theprisma.co

Una cosa es alimentarse, como hacen los niños o bebés, y otra muy distinta la cultura gastronómica. Al rededor de ella estamos consiguiendo un turismo de mayor calidad, no sólo en el País Vasco. En casi cualquier sitio se puede comer bien, se pueden buscar las comidas típicas de cada región y disfrutar de sabrosos platos que no nos defraudarán a poco listos o informados que estemos para encontrar el lugar apropiado y pasar un estupendo rato.

El turismo gastronómico está ganando adeptos día a día, a pesar de que no resulta barato precisamente, pero el placer de la comida es algo a lo que muy pocos nos podemos resistir y que si nos cuidamos sólo un poquito, nos puede durar toooda la vida.

Yo, qué queréis que os diga. Me encanta descubrir así en general, y si se trata del buen comer ni te cuento. Me gusta probar las nuevas técnicas e innovaciones de todo tipo con tal de que estén ricas y pueda permitírmelo que esa es otra. Pero la verdad verdad verdadera... yo me quedo con el "Marmitako" de bonito de toda la vida, el que hacía mi amatxu y por el que competíamos en las fiestas de Ondárroa. Mmmm... nunca olvidaré aquél sabor y el olor que impregnaba todas las calles.
Vamos que si me dan a elegir me quedo con la nuestra, con la cocina Vasca ¡Sin duda!

LO CONTRARIO A LA MUERTE

Sábanas arremolinadas, olores, sabores que persisten. Bendito sopor, lasitud... bendito cansancio.

-Sergei-Marshennikov___Sensuality in Art__

Siento como la parte más interesante y subyugadora de la vida. No la única pero sí la que nos hace realmente sentirnos vivos y aleja la muerte  a grandes zancadas

Cuando uno se enreda en los sentidos y se pierde en ellos. Cuando uno no sabe discernir, cuando el latido del corazón se acelera y todo vuelve a empezar. Cuando...

Las ansiedades se alejan débilmente. Tú, yo,  el resto no existe. Dejarse llevar... como dicen los franceses que tanto saben de las artes amatorias, "laisser faire"... dejarse hacer, aunque traducido suene tosco, diferente y es que aunque me matéis no hay lenguaje para el amor como el francés.

Ese mordisco certero, esa mano sinuosa. Despertar de nuevo, reconocer sensaciones perdidas. Los vellos se erizan, el sudor recorre tu cuerpo, sientes, sientes y por fin el estallido, la explosión,  la rendición total a la existencia. Estás vivo... por fin.

ENVEJECER...

Envejecer o morir, es así de claro. No hay opciones, no se puede elegir, por eso quien no lo acepte llevará una vida sin sentido y seguramente altamente infeliz.

Aquello de "Forever young", vamos a dejárselo a los Alphaville que lo cantaban muy bien y fue un hit en los 80. Todos querríamos quedarnos eternamente en los 20... o ¿Quizá no?.

Cuando pienso en la cantidad de estupideces que se hacen a esa edad me entran escalofríos, sobre todo por los que se quedaron en el camino a base de  experimentar y experimentar  y creerse de verdad inmortales.

Siento daros la mala noticia... si es que hay algún púber leyendo, cosa que dudo porque no es algo que les caracterice. Envejecer no es una opción  y si no lo entiendes o te dedicas a utilizar la edad como insulto, además de tonto del todo eres un absoluto ignorante. Me enfurecen los "insultos" por tener más o menos años. Denotan una palurdez supina y una falta de realismo que me enerva.

Y es que estamos envejeciendo señores, sí sí... tú también. Si os fijáis en las calles parece que las personas mayores, con los ochenta bien entrados me refiero, hubieran asaltado la ciudad. Cada vez hay más facilidades, accesibilidad en las calles... pero ¿Y en casa?. cada vez se hacen más imprescindibles los salvaescaleras y  ascensores adaptados a las nuevas necesidades que cada vez son más y más urgentes. Y es que es de vital importancia mantener la independencia dentro de lo posible, y las nuevas tecnologías lo ponen a nuestro alcance.
Ya nos es algo que extrañe, casi todos los portales que veo a mi paso,  están dotados de accesos especiales o habilitados con elevadores para sillas de ruedas etc. Y ya era hora me parece a mí, porque no sólo la gente mayor lo necesita, hay muchos discapacitados o con necesidades especiales que necesitan una ayuda suplementaria tengan la edad que tengan.

Doctissimo

Está claro que aquí no nos vamos a quedar. Por eso conviene cuidarnos e intentar envejecer de la mejor manera. Las cosas ya no son como antes y si nos cuidamos de una manera razonable no tenemos por qué echar en falta casi nada en la vida. Sobre todo con los adelantos que hay en la actualidad y con lo que estoy segura  de que se va a descubrir dentro de muy poco.
Con suerte y un plan de pensiones adecuado se puede hacer realidad aquello de que la edad sea sólo un número. 



"La juventud es feliz porque tiene la capacidad de ver la belleza. Cualquiera que conserve esa capacidad jamás envejece" 
Kafka.