Es eso tan importante en nuestras vidas, aunque a veces esté escondido y otras demasiado presente...
Sin él, la turbación no tendría cabida, todo sería más gris, menos emocionante.
Pero... ¡cuidado!, porque el deseo toma muchas formas y nos puede llegar a confundir, enajenar e incluso a sacarnos de la realidad, lo que a pesar de ser altamente atractivo puede llegar a ser muy peligroso. ¿Qué es la locura sino el desvío, el alejamiento de la realidad?
¿Porqué nos atrae tanto el riesgo? Como el vértigo que nos aterroriza al mismo tiempo que nos sube la adrenalina. Como ese precipicio que miramos con cautela y que al mismo tiempo desde muy abajo nos dice "¡Ven, vuela!"...
La vida , esa búsqueda continua del deseo, ese explorador de nuevas conquistas ¿No nos quita demasiado espacio, tremenda energía?, y a la vez ¿No es el carburante de nuestra existencia?.
Real o imaginario, siempre presente, acechante, indómito o dominado, invariablemente impredecible... la sal y la pimienta.