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domingo, 10 de marzo de 2019

SÓLO SUSANA









Soy mujer y no veo forma de no serlo ni quiero ni puedo. 
Sueño con seguir siendo seguir soñando, peleando.  

Caigo me levanto, sigo hacia delante siempre hacia el sur si puedo, si no, lo sueño. 
Me hundo salgo nadando, me resfrío sudo sangre, sigo soñando.  

Señora o señorita sigo siendo yo sedienta de afectos seguramente ya olvidados, sabiamente ocultos por otros abrazos.  Salto río lloro siento tanto… 

Sublime mujer, ganadora y perdedora de tantas batallas, surgiendo otra vez ilesa, tocada. 
Sensual guerrera. 

No me cambio, ¿Mala o buena suerte?  Tengo sed, bebo agua que no sabe no tiene sal, insonora.  

Bebo de ti sabiduría ancestral. Saboreo tus palabras, no me sacio quiero más. 
Saldo cuentas, salpico estrellas, salvaje brutal alegría. 

Rompo a llorar, lágrimas secretas saladas, sano mis heridas.   
 Soledad sonora, silencio que rompe mi silueta contra el sol a veces, ahora, siempre tan secreto cercano lejano. 






domingo, 3 de marzo de 2019

CASO CERRADO


Solo veía mis pies que corrían calle abajo, mojada mal iluminada por bombillas viejas, postes de luz amarillentos. El sonido acelerado de mi respiración el bombeo de mi corazón acelerado. Miré la hora, la 1.32 de la mañana la había dejado, por fin se ha acabado me dije, no voy a preocuparme por esa mujer infiel y pendenciera. Me había costado tomar la decisión, pero sus reproches me tocaron la moral, sobre todo cuando me dijo que era un calzonazos sin iniciativa ¿SI? pues mira zorra, ¡ahí lo tienes! le propiné un buen puñetazo no me gustan estas cosas, pero me había llevado al límite con sus provocaciones. 
pinterest.de


Ha caído al suelo con un ruido sordo y desagradable, no definitivo espero, yo no quería... en realidad si no se hubiera puesto tan insistente pero no pude pensar, la ira lanzó mi puño contra su cara, su preciosa cara. 
Esos whiskys de más tienen la culpa si hubiéramos seguido con la cerveza… pero no queríamos salir y en la habitación era lo que había.

Todos los periódicos locales se habían hecho eco de la noticia “Violador acecha las calles de Birmingham”, era un hecho sin precedentes por lo menos en aquella ciudad, que a pesar de todo seguía su tedioso ritmo.

Claire_Pestaille
En la Taberna “Lions”. El ambiente era denso y oscuro. Los hombres que bebían allí parecían clientes habituales. - ¡Hey Joe, pon un par de pintas más aquí!, que no estamos en un funeral, la chica por lo menos está viva ¿no? Jajajaj 
Los hombres bebían y reían al mismo tiempo que comentaban una y otra vez “la jugada”. 

De pronto un se oyó un ruido sordo y la puerta principal se abrió dejando pasar un amarillento haz de luz. Todo el mundo se dio la vuelta al mismo tiempo fijando sus ojos en la mujer que había entrado a la taberna. - ¿Qué pasa?, ¡Ni que fuera la primera vez que me veis!, no puede una ni tomar una jarra de cerveza sin que todos la juzguen. ¡Pues sí, he sido yo, quién más sino se hubiera atrevido a hablar con la prensa!. Mucho machito hay por aquí, pero hombres... no veo ninguno. Ahora ya sabéis cómo me las gasto, soy una mujer y sólo por eso merezco ¡RESPETO!, gritó una vez más la mujer mientras se acercaba a la barra. 
El silencio se hizo patente en toda la sala.
Malcolm Liepke--✿Open ArtGroup__✿
La mujer se sentó en una esquina y siguió parloteando, que si a ella nadie le levantaba la mano, que los hombres ya no tenían respeto a nada ni siquiera a las que los han parido... 



Tenía las manos negras de tinta y de Dios sabe qué más, después de haber pasado la noche entera dando vueltas y bebiendo en el primer garito que se encontraba, pero muy buena pinta no debía de tener, porque en la mayoría de ellos le echaban a patadas y es que para cuando se daba cuenta se encontraba a sí mismo dando voces y hablando sin mucho sentido de que un hombre sigue siendo un hombre, por mucho que le denigren. 

El humo entraba en sus pulmones como un cuchillo de carnicero.  La tos le hacía doblarse sobre sí mismo, el dolor le atravesaba de arriba abajo y al mismo tiempo le revolvía el estómago pero seguía fumando, fumando y bebiendo a esas alturas todo le daba igual. 
Había encontrado el periódico a la salida de uno de esos bares. No podía creer lo que veía, aunque le bailaban las letras por la tremenda cogorza, con mucho esfuerzo logró leer “Mujer violada, en el centro de Birmingham” y debajo de semejante titular la cara de Greta, con una expresión de satisfacción a pesar de los evidentes estragos que su puño había dejado en su cara. 

pexels

¡Maldita Mujeeer!, ¿Violada?, pues bien que se retorcía en la cama bajo mis manos y no precisamente de dolor... ¡la voy a matar! Y yo... preocupándome por ella. Tengo que hacer algo, no puede tratarme así, después de todo lo que yo... 
El hombre gritaba y saltaba, gruñendo y llorando, lanzando gemidos ahora, alaridos después. Tropezando contra farolas, perros y gatos que huían despavoridos 
Era la 1.32 de la madrugada cuando al sur de la ciudad el río “Cole” acogió en sus turbias aguas el cuerpo de un hombre en llamas... 





sábado, 16 de febrero de 2019

LIGERA TORPEZA

Las velas de un barco, esas eran las faldas de Eloísa corriendo detrás de cualquiera que se le pusiera a tiro. Llegaba a ponerse realmente pesada amenazando con aquella caja de colores brillantes, abriendo y cerrando como si de una gran boca de reptil se tratara. Pero lo que más miedo daba era su risa histérica mientras corría, Jajajajaja, Jajajaa, reía como una loca sin parar haciendo muecas que deformaban su bonita cara. 
Por aquél entonces debíamos de tener unos trece años, y mi prima no es que hubiera madurado mucho, porque yo consideraba que estaba en la primera juventud y aquellos juegos me parecían tan triviales como absurdos. Sinceramente aquella caja me daba un poquito de respeto, con o sin mi prima, porque nunca me atreví a revelar su contenido, y mira que era bonita, tan brillante y con aquella combinación de colores lustrosos que decía “ábreme, ábreme” ... pero ni por esas, no fuera que Elo me pillara infraganti y me arreara una colleja. Además, conociéndola seguro que no había nada interesante dentro. 
TENOR

A pesar de sus defectos que yo consideraba eran demasiados, la quería mucho y me hubiera gustado que me incluyera en sus juegos, hasta en ese absurdo de la caja. Incluso llegué a hacerle una pulserita de la amistad con mis propias manos, una de esas trenzada con varios colores y de cuero, ahí es nada. Cuando se la di me miró un poco asombrada y abrió mucho sus grandes ojos azules... pero no dijo nada y nunca se la vi puesta la muy desagradecida. ¡Como para decirle que de lo que se trataba era de que me hiciera ella otra a mí! 
Pasaron los años, unos veintitantos, que no me gusta hacer determinadas cuentas porque luego todo se sabe.  
Yo seguí con mis estudios con éxito, porque la verdad me gustaba estudiar y no me suponía mucho esfuerzo. 

Aunque hace tiempo que perdí el contacto con Eloísa,me mantengo informada de los “logros” de mi prima. Casada con un tipo de buen ver y bien remunerado trabajo, se dedica a “obras de caridad”, (me pregunto si sabrá lo que quiere decir eso) y por supuesto reuniones absurdas con sus amigas, bueno eso dice, porque estoy segura de que la despellejan a sus espaldas. No he hablado mucho con ella, sólo nos hemos saludado educadamente en alguna de las reuniones familiares a las que no he podido evitar asistir ante la insistencia de mi madre en que debo socializar, aunque nada más sea con la familia. 



No tengo tiempo para tonterías, mi trabajo en el bufete de Abogados no me lo permite, y cuando puedo relajarme un poco prefiero mi propia compañía, un buen libro y a veces una copa de “Pinot Noir”, pero tengo que reconocer que en determinadas ocasiones echo de menos la compañía de un hombre, pero muy puntualmente, sobre todo en la oscuridad de la noche, porque si pienso en la convivencia no estoy dispuesta a tragar determinadas cosas.
DecoVista
En el apartado de amistades, salvo los compañeros del trabajo que casi todos son hombres, la verdad es que no tengo muchas.

Me acuerdo a menudo de Eloísa y en el fondo, aunque siempre me ha parecido un poco “ligera de cascos” porque se pasaba la vida “regalándose” a los guaperas del momento, vete tú a saber si sigue haciéndolo también después de su matrimonio.  Eloísa... no sé por qué me acuerdo tanto últimamente de ella, quizá será porque los recuerdos más divertidos que me vienen a la mente, están casi siempre relacionados con ella. 
Tengo no sé cuántas llamadas perdidas de mi madre, lo cual es bastante habitual, pero hoy se está pasando tendré que llamarla no sea que le pase algo... 
La conversación ha sido tan corta como dolorosa, mi prima ha tenido lo que parece ser un “accidente” con las pastillas que tomaba, quién lo iba a decir, ¡no tenía ni idea!, estoy desolada... Además, parece que ha dejado algo para mí así que no me puedo escaquear y tendré que ir por lo menos a presentar mis condolencias. 

Cuando llegué a la casa, reinaba un ominoso silencio. Me acerqué a las pocas personas que se encontraban en el salón y que aturdidas se movían sin saber muy bien si sentarse o seguir deambulando como zombis.  El marido de mi prima me hizo un gesto con la cabeza señalando   algo que estaba encima de una mesita.  -lleva tu nombre, dijo. Me acerqué lentamente sin poder creer lo que estaba viendo. Era la famosa caja cuyos colores casi habían desparecido. La abrí despacio tomándome mi tiempo, con manos temblorosas y allí estaba mi pulsera de la amistad, con signos evidentes de haberle dado gran uso. Me alejé de prisa, confundida entre sonrisas y llanto. 




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