PAKITO

El otro día fui a dar una vuelta con él. Hace mucho que está conmigo, más que muchos amigos, siempre fiel, esperando que quiera ir con él.

No estamos mucho tiempo juntos pero esos momentos que compartimos son especiales, hacen que me sienta libre, y por un momento, pareciera que lo controlo todo.

No está en su mejor momento, los años han hecho mella y me siento un poco responsable, porque ya no puedo cuidarle como quisiera, como antes. 

La verdad es que ya casi no lo necesito, pero a pesar de sus muchos achaques y de que ya no es tan guapo como antes, nunca me ha fallado ni me ha dejado tirada en el camino. Por eso quiero estar con él hasta el último momento, aunque me cueste tanto esfuerzo.

Forma parte de mi vida, me acompañó a París y me trajo de vuelta sin contratiempos.

 Lo "bautizó" una querida amiga y por eso siempre me refiero a él por su nombre, como todos los que le conocen, porque le tienen un cariño especial. 

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La independencia, la autonomía que me otorga es más importante de lo que yo misma creía.

No me puedo deshacer de él, y aunque pudiera comprar otro más bonito, rápido y actual, creo que no podría prescindir de él hasta que ya no pueda dar más de sí.

Sé que no tiene vida, pero me ha acompañado gran parte de la mía...

AGOTADA

Tamara-De-Lempicka-The-Sleeper_✿__OpenArtGroup_____✿

Sí, a veces ni todo el sentido del humor del mundo, (y puedo presumir y presumo de que tengo mucho), puede con el agotamiento vital, el desfallecimiento extremo.

Cansada, extenuada, abatida, o como dicen los anglosajones "terminada"

Y es que cualquier ser humano necesita que de vez en cuando las cosas salgan bien, aunque sea la más tonta, nimia  e insignificante. A veces tanto esfuerzo no sirve para nada, y lejos de mejorar la situación, la complica aún más.

Es entonces cuando uno se pregunta si no será mejor dejarse llevar, como decían las monjas de mi colegio: "Dios proveerá". ¿No sería posible una pequeña señal?.

Alina Labadeva

Que el "cosmos" te diga: "¡Por ahí  vas bien chica, sigue adelante, lo conseguirás!". 

Los que somos fuertes, dinámicos y  afanosos lo tenemos incluso peor. Al menor signo de flaqueza "dejas de ser tú" según te ven los demás. Pero es que esos "demás", los otros, muchas veces se convierten en película de terror. Soy persona descreída en general y escéptica ante muchos temas en particular, pero sé porque los he visto y sufrido en mis carnes, que existen auténticos "vampiros" de energía, que se acercan poco a poco a sus presas hasta dejarlas casi sin voluntad. ¡Mucho cuidado con ellos! porque son difíciles de detectar. Creedme, que están por ahí acechando a ver a quién se les pueden pegar...
 

Jeffrey T Larson Women and children paintings

En el fondo tampoco es tan difícil recuperarme, afortunadamente tengo esa habilidad. Descubrir nuevas amistades que te quieren por lo que eres ahora mismo, no por lo que fuiste o serás. Un encuentro agradable inesperado, una sonrisa de improviso. La simpleza de alguna escena, las risas de un niño, la pureza e ingenuidad, me reconfortan y  reconcilian con la humanidad en general...

EL CORAZÓN DE AMATXU

Es grande fuerte y hermoso, donde se encuentra el amor más puro,  la generosidad sin límite.

Acogedor, cariñoso, trabajador constante en la superación de las pruebas de vida más difíciles. Un superviviente.

El amor de una madre sí, pero no todas son iguales. Ella trasciende, reluce, brilla porque es toda luz, la mía.

Un día, paseando por la Gran Vía de Bilbao , Angelines conoció al que sería su gran amor , el único. Este corazón se enamoró, de aquél muchacho apuesto y generoso. Se dio por completo durante 60 años, toda una vida.

Un largo recorrido con luces y sombras, pero siempre aderezado con su gran sonrisa, su bonita voz y sus canciones. No se me olvida el "Orregaitikan" como nosotros llamamos a una nana que ha servido para dormir a sus hijos y después, sus nietos.

Siempre fresca, siempre hermosa como en esta foto tomada en su Ondárroa natal, en un día luminoso y azul. Ese pequeño pueblo pesquero que tantos veranos me vio disfrutar y que nos trae a todos recuerdos inolvidables.

Cuando su compañero se fue, dicen que a mejor vida y yo quiero creer que es así, su corazón se encogió un poco, y empezó a latir con más trabajo, con menos ganas, aunque siempre sin dejarse llevar por la tristeza o nostalgia. Fuerte siempre ante los golpes que la vida se  empeña en darle.

El año pasado, a la hora del aperitivo

Quisiera ver siempre esa sonrisa, tan suya, tan mía.   Convertirme en hada y cumplir alguno de sus deseos, seguro que todavía le queda alguno. Que su voz cantarina me acompañe y su risa y la mía nos  haga saltar las lágrimas de puro descontrol, como tantas otras veces.

¡Quedamos en eso! ¿Vale amatxu?